La bolsa de caramelos: uso del celular en las escuelas

Nota del Diario Perfil publicada el 9 de agosto de 2023

Autor: Espacio Colibrí

La UNESCO, después de investigar catorce escuelas, recomienda prohibir el uso del celular en los colegios de todo el mundo. Llegaron a esta conclusión después de observar cómo el uso de esta tecnología afecta la atención, la retención de información, la comprensión y, especialmente, cómo desalienta el contacto humano. Esta medida, ya se viene implementando en algunos países como Francia, Italia y Países Bajos. En Argentina, actualmente no hay una reglamentación sobre el uso del celular en las escuelas.

Desde Espacio Colibrí, escuchamos a muchos adolescentes decir que no están conformes en relación al uso del celular. Es decir, les gustaría usarlo menos, pero cuando hay una hora libre o llega el recreo, y ven que sus compañeros los están usando, les es muy complicado llevarlo a cabo. El querer formar parte de un grupo, compartir actividades con pares y crear relaciones significativas es muy importante para los adolescentes. Los vínculos ayudan a construir la propia identidad. Se van conociendo y afirmando gracias al encuentro con otros.

Por otro lado, la adolescencia es una etapa donde el cerebro sigue en desarrollo y le cuesta regular las emociones. El sistema de recompensa, que regula las actividades que nos dan placer, es más sensible que el de un adulto. Por eso, en la adolescencia hay un mayor riesgo de desarrollar conductas adictivas. Darle un teléfono a un adolescente para que lo use sin restricciones es como darle una bolsa llena de caramelos a un niño y esperar que coma uno solo.

El uso adecuado de la tecnología favorece los procesos de aprendizaje. No hay dudas sobre eso. Y es muy bueno que los colegios quieran integrar el celular para aprovechar sus beneficios. Sin embargo, hay que recordar que la exposición no es regulación, es decir, que como no podemos pretender que un niño coma solamente un caramelo; tampoco podemos esperar que los adolescentes se autorregulen en el uso de los celulares, en el tiempo de uso y en los contenidos a los que acceden.

Es importante generar medidas entre todos: escuelas, familias y adolescentes. Escucharlos y pensar juntos estrategias que inviten al cuidado propio y de los demás, y a una verdadera regulación, que no tiene que ver necesariamente con la prohibición. Debemos preguntarnos -con sinceridad- si realmente estamos capacitados para este desafío y si queremos abordarlo en profundidad.

La situación actual es una oportunidad de construir juntos nuevos acuerdos y hábitos de uso saludable de la tecnología, donde los niños, niñas y adolescentes puedan aprovechar al máximo sus beneficios sin ponerse en riesgo.

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